Ayer recibí un regalo excepcional, la monografía Inferno del fotógrafo James Natchwey. Es una obra monumental de 480 páginas y 4 kilos y medio de peso.
El continente es espectacular, el libro como objeto es un objeto de artesanía magnífico, las fotografías están copiadas a gran tamaño en papel de calidad, y las mismas fotografías son sobrecogedoramente bellas.
El contenido en cambio es de enorme dureza: muertes, hambrunas, guerras, enfermedad, pobreza. Reconozco que me ha sido imposible ver más de 60-70 páginas seguidas sin tener que parar a tomar un respiro, no es un libro para momentos de moral baja.
El nombre de la obra no puede ser más acertado, no hace falta buscar el infierno más allá de la muerte, lo tenemos entre nosotros, somos nosotros...
Hay un documental sobre Natchwey y su forma de trabajar llamado War Photographer. Muy recomendable.
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